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martes, 23 de septiembre de 2008

Mi pequeño rubén


Sueños de amor en una noche de verano.
Tras nueve meses de esperarte intensamente.
Acariciándote en el vientre de tu madre.
Viniste al mundo que te esperaba impaciente.

Junio veintinueve los dolores.
Avisaban que ya estabas por llegar.
Con las aguas que rompías a tu paso.
En que nadabas para tu meta alcanzar.

Viniste a mi envuelto en desolación.
Ni tan siquiera me dejaron oír tu llanto.
Mirar tus ojos, abrazarte darte amor.
Entregarte lo que había guardado tanto.

Aquellos besos que soñaba para ti.
Para mí tu sensación turbadora.
Las ilusiones, la esperanza y el dolor.
Los encerraron contigo en la incubadora.

Era la falta de peso tu problema.
Después la sangre y otras muchas cosas más.
Día tras día experimentos y análisis,
Y pruebas duras sin nunca ver el final.

El tiempo pasa implacable pero lento.
Mi mente ausente no se puede concentrar.
Busco en la ira desbocar mis sentimientos
Y no hacer trizas la barrera de cristal.

Que separan tu cuerpo de mis caricias.
Que no permiten a mis besos traspasar.
A mis brazos acunarte con cariño,
Y tus sonrisas con mis ojos contemplar.

Cuarenta días con sus noches tan amargas.
Vivimos juntos en aquel frio lugar.
Pero en las pruebas no hallaron el resultado.
Y en otro sitio te los fueron a buscar.

Unos días más y por fin viniste a casa.
Mi corazón sé exaltaba de alegría.
Al estrecharte junto a mí todo mí ser.
Se fundió en un manto de caricias.

Sueños perdidos crecían en la esperanza.
Un manantial de ternura que corría.
Rebosaba por mis manos hacia ti.
Para borrar del recuerdo la desdicha.

Tan solo un mes pude compartir contigo.
Que esta grabado en el centro de mi vida.
Unos sollozos que calmaba con amor,
Y la grandeza y el calor de tus sonrisas.

Pero Ángel mío, por qué el destino cruel.
Si te envolvía el cariño y la ternura.
Cambio la formula de unos bellos sentimientos.
Por la UVI de un hospital fría y oscura.

Otra vez la barrera de cristal.
Vuelvo a sentir esa rabia contenida.
veo tu cara y te veo sonreír.
Pero no son para mí esas sonrisas.

Poco después tu cansado corazón.
Se detuvo y paro toda mi dicha.
La coherencia se marchaba de tu mente.
Se apagaba lentamente mi alegría.

Tu corazón ya no quiso seguir más.
Cinco meses tan solo y estaba exhausto.
Y un dieciséis de diciembre sin calor.
Te marchaste para siempre de mi lado.

De mi lado pero no de mi cariño.
Porque vives para siempre en mi silencio
En mi alma tu sonrisa se quedo.
y en mi mente perdurara tu recuerdo.

En mis brazos tu calor esta presente.
En mi boca el contacto de unos besos.
En mis manos un amor adormecido.
Que te mece en el más bello de los sueños.

Que te quise, que te quiero y te querré.
Y que el buen dios te conceda todo el bien.
Que te permita vivir en un paraíso.
Hecho de amor para ti mi niño querido.
Rubén

lunes, 8 de septiembre de 2008

Cuanto te quiero


Cuanto te quiero

Que te quiero mi vida, cuanto te quiero,
cuando miro tus ojos como luceros,
cuando tus labios rojos rozan los míos,
y mis manos te buscan con desespero,
me pierdo entre tus brazos y te susurro.
Que te quiero mi vida, cuanto te quiero.

Cuando abres la ventana y el sol te mira,
me arrebatan los celos y acudo presto,
para decir gritando de mil maneras.
Que te quiero mi vida, cuanto te quiero.

Cuando la bella rosa su olor te ofrece,
y el arcoíris brilla por ti en el cielo,
digo a los cuatro vientos con gran pasión.
Que te quiero mi vida, cuanto te quiero.

Cuando tu hermoso pelo la lluvia moja,
y las olas danzando rozan tu cuerpo,
me estremezco al mirarte y digo al mar,
que te quiero mi vida, cuanto te quiero.

Y te quiero...... te quiero cada día más,
eres mi luz, mi luna, mi firmamento,
estas dentro de mí en cada suspiro,
en cada pliegue tuyo viven mis besos.
Por eso ahora y siempre gritare al mundo.
Que te quiero mi vida, cuanto te quiero.
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