Seguidores

jueves, 17 de enero de 2013

Dejadme seguir soñando



Ayer soñé con mi madre y
creía estar despierto.
Podía mirar sus ojos
como cuando era pequeño.
Me miraba con ternura,
con amor y con desvelo
mientras su boca de luna
posaba en mi frente un beso.

Al calor de su regazo
entre sus brazos meciendo,
me cantaba aquella nana
que resuena en mi recuerdo.
Con sus labios de amapola,
como un ruiseñor al viento,
las trinos de su garganta
brotaban entre te quieros.

Que se enciendan las estrellas.
Y que canten los luceros,
que mi niño va a dormir,
que mi niño tiene sueño.
Ea la nana nanita,
ea la nanita ea,
que mi niño de mi alma
ya dormidito se queda.

Sus manos de espuma blanca
acariciaban mis sueños.
con sus brazos me apretaba
susurrándome...., te quiero.

Sus ojos llenos de amor
me miraban con esmero
mientras decía mi niño,
mi príncipe, mi lucero,
eres mi vida, mi alma,
eres todo mi universo.

Por favor que no amanezca,
que el sol no rompa el silencio,
que quiero seguir dormido
para así tener sus besos.
No quiero que me despierten.
No quiero perder mi sueño,
porque ya perdí a mi madre
sin darle un último beso.

La distancia me dejó
sin su adiós, sin un te quiero,
sin su última mirada
cuando se fue hacia otro tiempo.

No me quiero despertar.
Quiero vivir este sueño,
porque en él vive a mi madre,
sus caricias y sus besos.
Su sonrisa, su alegría,
su nana de amor, su canto.
Por favor no despertarme,
que quiero seguir..., soñando.
 
¡TE QUIERO MAMÁ!