Hoy dieciséis de
diciembre
la tristeza está llamando
a golpe de dolor en mi
corazón.
Hoy mi querido Rubén,
no es el día de tu
cumpleaños,
es el día en que Dios,
la vida, el destino
¿No se quien? Te
arrebato de mi lado.
En la penumbra de una
habitación de ausencia,
cierro mis ojos para
entre sueños
tomarte de nuevo en mis
brazos y
poder cantarte aquella
nana
que dormida yace en el más
bello y
triste de mis recuerdos.
¡Ea la nana mi niño, ea
la nana.
de amor y de caricias será
tu cama...!
Mis labios sedientos de
tus besos,
rozan tu frente suavemente
mientras tú plácidamente
me sigues con la mirada.
Hace tanto tiempo ya
más......,
para mi parece que fue
ayer.
Tu cara, tus gestos, tu
ternura siguen
estando en mis ojos, en
mis brazos , en mis palabras.
Aún puedo verte sonreír
mientras
beso tus manitas que me
acarician con dulzura.
Mi querido Rubén, mi
chiquitín, mi ángel, mi.... amor,
te extraño aún sabiendo
que sigues aquí,
que nunca te fuiste y
nunca te irás
porque sigues vivo el el
recuerdo y
el corazón de todos los
que te seguimos amando.
Espero que hasta donde
estés
mi amor te pueda llegar
que Dios te de un paraíso
donde jugar y soñar.
Por siempre estarás
conmigo.
Te quiere mucho......,
Papá.