Llanto de un niño

¡ Cómo lloro aquel niño!
cuando abrió sus ojos al mundo
y solo le acogió la fría incubadora.
de un hospital sombrío.

¡Cómo lloro aquel niño!
Cuando con una prueba tras otra
profanaron su débil y pequeño cuerpo
con análisis y experimentos sin ningún resultado
coherente que le aportase una esperanza de vida.

¡Cómo lloro aquel niño!
Cuando los brazos de unos padres llenos de amor
se estrellaban contra un muro invisible que impedía
poderle abrazar con todas sus fuerzas.

¡Cómo lloro aquel niño!
Cuando miro el cristal y pudo ver
cuanto amor había tras él esperándole,
pero que difícil era traspasar aquella barrera
que le separaba del mundo exterior.

¡Cómo lloro aquel niño!
Porque cuando al fin pudo visitar su hogar,
antes de que pudiera disfrutar su calor,
tubo que abandonarlo para volver de nuevo
al frío y lúgubre hospital.

¡Cómo lloro aquel niño!
Cuando el bautizo que todos auguraban
como un acontecimiento feliz y hermoso,
se convirtió en algo frío y solitario
sin ni tan siquiera el calor de los que le amaban.

¡Cuánto lloro y lloro aquel niño!
Hasta que su pequeño y enfermo corazón,
cansado de luchar no pudo aguantar mas
y dejo de latir.
Y aquel pobre niño ya no pudo llorar más.
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