Muerte lenta

Buscas en la noche los sueños perdidos.
rompes el silencio y gritas con fuerza.
Anhelas caricias y besos vividos
más te envuelve el hielo de la indiferencia.

Una brisa helada traspasa tu pecho.
Un perro perdido te mira al pasar.
Sus ojos opacos rebosan tristeza
y sufre el desprecio y la soledad.

Se aleja perdiéndose por oscuras calles.
Algunos borrachos caminan pausados,
sus bocas babean residuos de alcohol,
pierden la coherencia van de lado a lado.

Las estrellas brillan más no para ti.
La luna es hermosa pero no la miras.
tu vista cansada busca en el vacío,
el agrio placer de la jeringuilla.

Corre por tu cuerpo la necesidad.
Emerge tu boca la sed del desierto.
Eres como un ave que en la oscuridad,
entona sus trinos de remordimiento.

Robas cuando el hambre de esa droga dura,
quema tus entrañas y arrasa tu honor.
La rabia y el odio corren por tus venas.
Lloras sin consuelo tu estúpido error.

Recuerdas tu casa y esa madre buena.
Sus brazos amables tan llenos de amor.
Su mirada triste cuando te marchaste.
Su adiós entre besos en una estación.

Cuantas ilusiones en tu corazón.
Cuantas emociones ansiabas sentir,
en tu cuerpo joven irradiaba el fulgor.
Bullía tu sangre queriendo vivir.

Tantas cosa bellas como tu buscabas
y el mundo esperaba poderte ofrecer,
cambiaste un día por la droga absurda.
Corrompiste tu alma solo por placer.

Querías algo mas sin saber que era.
La necesidad de calmar tus ansias.
Tus ojos reflejan el terrible error,
que a tu vida aporta tan solo desgracia.

Ofreces tu cuerpo a quien te lo alquile,
en un vil y amargo mercado carnal.
por unos billetes que ganas con asco
y después con pena te iras a gastar.

Compraras la muerte en dosis pequeñas.
Como las abejas de un sombrío panal,
punzarán tu cuerpo te extraerán la vida,
con sus aguijones te destrozaran.

Tus brazos mordidos por la muerte lenta.
La boca que apenas se puede expresar.
El cuerpo aunque joven parece de anciano.
Tu aturdida mente no sabe pensar.

En las noches tristes de tu cobardía,
cuando sin quererlo tienes que buscar
el veneno amargo amigo del alma,
que tu débil cuerpo vuelve a profanar.

Ya notas su efecto sientes su dulzura,
se calman tus nervios vuelves a pensar.
En la mesa sangra una jeringuilla
y llorando gritas lo voy a dejar.

Deja por favor la maldita droga.
Lucha por la vida intenta escapar,
en todos tus poros inyecta alegría
y piensa en la madre que dejaste a tras.

Ella te perdona todos los errores.
su perenne sueño es poder volver,
a estrecharte fuerte con sus brazos tiernos
y darte entre besos todo su querer.

Ofrece su vida por que seas feliz.
Por reír contigo por verte soñar.
su amor es tan grande solo para ti.
Si vuelves a casa lo comprobaras.

Probaste en la noche cuanto te ofreció.
Vivies en el fango pero aun no es tarde,
todo lo pasado lo puede borrar,
el cariño inmenso que te da tu madre.

Ella que te espera sumida en el llanto,
llena de amargura rezando por ti.
Rogando al señor que su hijo del alma,
salga de la droga y vuelva a sonreír.

Dedicado para esos jóvenes que buscan
sensaciones nuevas y caen en las redes
de un placer maldito llamado droga.
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